Hijo de “El Chapo” admite haber secuestrado a “El Mayo” Zambada y se declara culpable en EE. UU.
Joaquín Guzmán López aceptó ante una corte federal su responsabilidad en narcotráfico, crimen organizado y en el secuestro de Ismael El Mayo Zambada, un giro que sacude las estructuras del Cártel de Sinaloa
Confesión en Estados Unidos y detalles del secuestro
Durante una audiencia en Chicago, Guzmán López sorprendió al admitir que participó directamente en el secuestro de El Mayo Zambada. De acuerdo con su declaración, en julio de 2024 engañó al histórico líder del cártel para asistir a una reunión en Sinaloa, donde fue sometido por hombres armados y trasladado por la fuerza hasta territorio estadounidense.
La narración presentada ante la corte detalla que Zambada fue sacado por una ventana, trasladado en vehículo y posteriormente embarcado en un avión privado para su entrega a las autoridades.
Fractura histórica dentro del Cártel de Sinaloa
La confesión representa uno de los mayores actos de traición en la historia reciente del narcotráfico en México. La detención de Zambada, presuntamente facilitada por el propio hijo de El Chapo, evidenció fracturas profundas entre las facciones del cártel.
Analistas consideran que este hecho podría desencadenar reacomodos violentos, rupturas internas y una recomposición en las rutas y mandos criminales que durante décadas operaron bajo la figura del Mayo.
Consecuencias para Guzmán López y su colaboración
Tras declararse culpable, Guzmán López quedó formalmente como testigo colaborador de Estados Unidos. Esto podría reducir su condena que parte de un mínimo de 10 años de prisión dependiendo del nivel de información que entregue.
La sentencia se tiene prevista para 2026, en un proceso que podría influir en investigaciones abiertas contra redes internacionales vinculadas al Cártel de Sinaloa.
Lo que viene: reacomodos y mayor vigilancia internacional
Esta revelación abre un periodo de incertidumbre para las estructuras criminales. La caída de El Mayo y la colaboración de un heredero directo del clan Guzmán podrían intensificar disputas internas y generar nuevos episodios de violencia.
Mientras tanto, autoridades mexicanas y estadounidenses mantienen una vigilancia reforzada ante posibles reacciones del crimen organizado y los cambios que este caso podría detonar en la dinámica del narcotráfico en la región.
